La tormenta Noel
Nuestro país ha sido azotado por la tormenta tropical Noel y ha dejado pérdidas irreparables, tanto humanas, que son las más lamentables, como también materiales.Unámosnos todos nosotros dominicanos y dominicanas, y emprendamos una nueva etapa de solidaridad y esperanza, de lucha y civismo, de hermandad y disposición para salir hacia adelante. Roguemos por las vidas pérdidas y por los más afectados. Seamos dignos dominicanos y dominicanas y salgamos al frente sin mirar atrás.
jueves, noviembre 01, 2007
viernes, agosto 10, 2007
desorden mental
Como fuerte dolor que entumece mi cuello, como espigas que florecen, espinas que abruman y residuos que brotan, así, merman mis oídos sin tus sonidos.
Ya enfurecido como mar que no ve sus gaviotas, ni gemido sin sufrimiento que se enmudece al tacto desenfrenado de una mirada resentida, como placer aparente que busca abrigo sin ser correspondido, o como desierto que anhela la gota de lluvia, así te espero yo.
Descanso, me solapo, descubro minuto a minuto que me llama a ti, la desesperación a veces me nubla, el hacha que cae desgarra mi lengua, la palabra no basta, mas si tú me miras, cortas el aire que me atrae e imanta a este corazón que ya posees, a lo que llevo y palpo a la vez, a lo que busco y sueño sin ver, a aquello que encharca mis huesos y me domina por dentro, eso que soy y no puedo, lo que me desnuda con verlo, mi corazón, sí, eso.
Así, así, mi vida aquí me tienes, desaprisiona este mordaz murmullo que corroe mis desafinados pensamientos que dislocan y trastornan mi imaginación al hecho de escuchar tu voz.
Quizás esto se agota, se entumece, se emancipa, se descarrila mientras lo digo, no sé tal vez se me acaba, no logro expresarlo, no consigo decirlo como quiero, lo que estoy seguro de que estas líneas no pasaran de largo por tus profundos caminos no transitados de mi esfera incomprendida e inusitada que se muere por estar a tu lado y recorrerte como una vez dije "Quiero morir en tu cuerpo y de paso estacionarme en el espacio de tu vientre y acariciar con mis labios el candor de los tuyos".
Como fuerte dolor que entumece mi cuello, como espigas que florecen, espinas que abruman y residuos que brotan, así, merman mis oídos sin tus sonidos.
Ya enfurecido como mar que no ve sus gaviotas, ni gemido sin sufrimiento que se enmudece al tacto desenfrenado de una mirada resentida, como placer aparente que busca abrigo sin ser correspondido, o como desierto que anhela la gota de lluvia, así te espero yo.
Descanso, me solapo, descubro minuto a minuto que me llama a ti, la desesperación a veces me nubla, el hacha que cae desgarra mi lengua, la palabra no basta, mas si tú me miras, cortas el aire que me atrae e imanta a este corazón que ya posees, a lo que llevo y palpo a la vez, a lo que busco y sueño sin ver, a aquello que encharca mis huesos y me domina por dentro, eso que soy y no puedo, lo que me desnuda con verlo, mi corazón, sí, eso.
Así, así, mi vida aquí me tienes, desaprisiona este mordaz murmullo que corroe mis desafinados pensamientos que dislocan y trastornan mi imaginación al hecho de escuchar tu voz.
Quizás esto se agota, se entumece, se emancipa, se descarrila mientras lo digo, no sé tal vez se me acaba, no logro expresarlo, no consigo decirlo como quiero, lo que estoy seguro de que estas líneas no pasaran de largo por tus profundos caminos no transitados de mi esfera incomprendida e inusitada que se muere por estar a tu lado y recorrerte como una vez dije "Quiero morir en tu cuerpo y de paso estacionarme en el espacio de tu vientre y acariciar con mis labios el candor de los tuyos".
martes, mayo 01, 2007
Esta noche, calurosa y húmeda a la vez, con aire solitario, que se desbordada de extraños sentimientos, producto de esta sensación climática que envuelve el ambiente: sin embargo, el agua debe correr, la vida sigue y debe seguir este curso del ocaso momentáneo del día sin detención.
Mañana, nuevo comienzo, jornada impregnada de obstáculos y decisiones que tomar, de desdoblamiento real de la tormenta a pasar, pero que al final, la calma estará presente, esa tranquilidad que tanto necesitamos en los breves instantes de debilidad que nos fortalecen y nos preparan a seguir más adelante.
Un poco exhausto me encuentro, agotado por achaques no justos, pero ¿Qué es justo? Sólo Dios, gracias a él, así es, al menos eso es garantía en nuestras vidas.
Bien, me despido, solo ha sido un poco de pensamiento repentino que he querido compartir, ya la media noche ha llegado y hay que disponerse al letargo momentáneo hasta la hora que raye el alba.
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