By Octavio de Js. Mirabal Lora
Otro minuto más en el que te pienso,
otro instante dominado por ti,
pues ahora ni este lápiz sirve para mí.
Me levanté media hora tarde el día de ayer.
Contra mí mismo luchaba para no llamarte
y poder expulsar de mi boca: "Te extraño".
Aun sigo hablando a todos de ti,
haciéndome el fuerte ante los demás.
Tratando de aparentar que no me importa;
pero al corazón es casi imposible engañar.
Una parte de mí mismo dice que te olvide,
otra, sólo me recuerda cuanto te quiero.
pero existe una que me invita a correr tras de ti.
El orgullo se hace presente, mi ego se crece,
mi soledad se hace la tonta,
la nostalgia y melancolía se hacen latentes.
Se congela mi razón y sentir
mi cerebro, cual tonto perdido,
permanece encadenado a esa realidad.
No han expirado de estas manos los trazos de este desahogo,
de este lamento, de este amor que no quiere menguar,
que desea sostenerse del toque de ti.
