miércoles, junio 12, 2013

Mis consecuencias

Error humano, perpetuidad de nuestros cuerpos;
desgaste del alma al vértice despiadado de tu sonrisa
desilusión ajena parte esta vida de vaciedad.


Surco desmejorado, bosque frondoso de tu mente
descalabro de maldición de repente procesas
me hastía el pensamiento, la sequedad.


No vacila si ríe, no titubea si habla, cual marea sube y se va.
Es llanto de amor, dulzura de verdad
anhelo tu ayer mordaz de arrebato al caminar.

Disyunción intrépida, consecuencia sin causa,
valor escondido sin norte fijo, descanso inminente,

no sé qué hacer, dime, ¿qué debo ver?

Tanto extraño esa pasión de incendio,
ese encanto de arañazos que me dabas,
qué penuria de sinsabor, te tornaste bien difícil.


Eterno parece poco, pequeño quizás no más.
vuelve de retorno, da el zigzag acostumbrado,
transforma este imploro en deseo.

Humilla mi razón, licúa mi imaginación,
despierta un día, aunque sea anocheciendo;
comparte  tu vida más de lo que espero.

Dame de tu vientre un poco más, suelta, gime sin parar;
boicotea este entremés de serenidad  cúbreme en tu manto,
ampara ahora este no siento,  nivélalo, ponlo correcto.


Mástil fortuito de mi vida, chance podrido se desvanece
sostenido y aumentado, entrega las armas, baja el dilema,
convierte este duelo en mil hazañas.

miércoles, junio 05, 2013

Siempre a tu lado

En el brillo de tus ojos me voy perdiendo
como pequeña embarcación que va por la mar;
sigo soñándote, amando tu compañía,
me desconectas de la realidad de vida.
 
No termina un rato de mi día que no te piense,
mas si en el borde del abismo me distraigo,
el viento me lleva al lugar de tu regazo,
y cuando no estoy a tu lado,
hay frío y temor en mis manos.
De la armoniosa melodía que es tu voz,
mi corazón cual flama se enloquece
tú, más que  necesidad corpórea, 
eres alimento de mi alma.
No habrá murallas ni obstáculos 
que detengan lo que siento,
llenas mis espacios vacíos.
siempre estaré contigo,
eternidad cada instante.
Mil y una cara, sólo la tuya,
tú, única e irrepetible.
De nuevo veo y  en mis ojos
vuelves a ser, la razón real de este querer.

sábado, junio 01, 2013

Esencia Perdida

By Octavio Mirabal Lora

Que inmadurez recae sobre personas engañadas, es más fácil querer fingir una felicidad imaginada, que despertar en el ocaso de una realidad devastadora. Se auto engañan así, que no llega a recaer en su mente la razón real de dicho lamento.

Es más fácil querer vivir en la oscuridad y rechazar la luz. Se vuelve más simple en mentes cortas, más llevadero, más superficial, más sencillo. Esto debido a que hasta para fingir se requiere cierto grado de autoflagelación inclusive.

Caer en juegos mentales, ilusiones como arena en el viento, percepción como pluma que arrastra la brisa, desencanto como el amargo sabor de algo no esperado, besos como punzadas de avispas, y olvido como la muerte misma.

Al parecer me pierdo sin antes encontrar la razón verdadera de mi incongruencia, no sin antes desvestir mi alma y despellejar este pobre corazón. A veces existe mucho más felicidad en la pequeñez de la ignorancia que en tratar de vivir en senderos luminosos.

Tal vez me declare vencido, abatido, destruido o más bien aniquilado, polvo en las entrañas de la palabra arrastrada, maldito ocaso que me entrego a ti, destino imperfecto que desnuda mi mente, saeta desviada, piedad inmisericorde, que llegue el alba.

La vida es corta, es solo un suspiro, un pequeño aliento que se va sin querer, un espacio incomprendido, un día, menos que eso. Solo debemos continuar, seguir.

Es así como nuestros cuerpos anhelan la dulce brisa de una mañana tibia y en el descanso infinito se desplazan los sueños para acariciar nuestros sentidos. ¿Qué sería de la vida sin esos instantes?

Todo sigue

Sentado en el instante vacío de tu ausencia
instruido en el ocaso de esta vida que inicia;
junté cada espacio de tu aliento, tu respiración;
gesté en mi interior el murmullo de ti.

Residuos de tu presencia, percibo, nueva vez,
tu serpentino ser no comprendo
atraviesa mi pecho tu lanza de muerte;
si acaso, retorna, lo que me robaste.

Hace un rato

By Octavio Mirabal Lora

En realidad el romance está de soborno esta noche, sólo la lluvia de hace un rato podría borrar lo que mi corazón desesperadamente no comprende, que ya he sido martirizado y agotado en mis latidos superficiales por la triste sombra que se fue y que a la vez permaneció.

Descuida que la lluvia no será para siempre, aparecerá nuevo sendero libre de humedad, dulce espacio entre lo seco y tu piel.

Ansiando tu compañía, deseando percibir de cerca el aliento refrescante que me hace perder el sentido y me inunda de éxtasis apasionado.

No tan sólo esta noche, sino otras más donde no exclusivamente sean los pies los que toquen fondo y muerdan el polvo, sino también el corazón que muchas veces lo necesita. Nos sobran los motivos, nos faltan las palabras. De más está recalcar semejante belleza que enriquece el alma e inunda los ojos.

Sólo esto lo percibo cuando te tengo cerca, cuando te pienso, a cada instante que me reboso en tu recuerdo, en tu presencia, en tus besos y caricias, en el dulce sentir que provocas al simple hecho de tocarme o estar a mi lado.

Es así como nuestros cuerpos anhelan la dulce brisa de una mañana tibia y en el descanso infinito se desplazan los sueños para acariciar nuestros sentidos. 

¿Qué sería de la vida sin esos instantes? Creo que te extraño, ¿Será la lluvia, sera la melancolía que me ha hecho su presa o es el inmenso deseo de tenerte? Tú que eres un ser especial y que me haces vivir este sueño de cual no quiero nunca despertar.

Al parecer me pierdo sin antes encontrar la razón verdadera de mi incongruencia, no sin antes desvestir mi alma y despellejar este corazón y hacerte sentir una vez más lo intenso de un TE QUIERO.