Murmullo de
inicio arropaba el rastro de leve caricia,
despertó deseos de anhelo evanescente.
Como criatura sin tacha en tus huesos me atabas,
sin otra respuesta sutil, poco a poco entraba.
Mis manos de agua se iban hundiendo,
traté mas no podía de tu regazo alejarme,
me sacudía en la espera del húmedo beso,
y sin darme cuenta en tu dulce abismo ya residía.
Tu piel cual manto encantado rozaba mi espacio,
sigo bajando no quiero emerger,
tan suave la brisa que es tu aliento,
con tu pelo enmaráñame, hazme de ti prisionero.
En tu vientre se gesta el sentimiento,
de tus pechos surge la vida
tu ombligo antesala de manjares
quiero siempre sumergirme en tu estanque.
