martes, mayo 01, 2007


Esta noche, calurosa y húmeda a la vez, con aire solitario, que se desbordada de extraños sentimientos, producto de esta sensación climática que envuelve el ambiente: sin embargo, el agua debe correr, la vida sigue y debe seguir este curso del ocaso momentáneo del día sin detención.

Mañana, nuevo comienzo, jornada impregnada de obstáculos y decisiones que tomar, de desdoblamiento real de la tormenta a pasar, pero que al final, la calma estará presente, esa tranquilidad que tanto necesitamos en los breves instantes de debilidad que nos fortalecen y nos preparan a seguir más adelante.

Un poco exhausto me encuentro, agotado por achaques no justos, pero ¿Qué es justo? Sólo Dios, gracias a él, así es, al menos eso es garantía en nuestras vidas.

Bien, me despido, solo ha sido un poco de pensamiento repentino que he querido compartir, ya la media noche ha llegado y hay que disponerse al letargo momentáneo hasta la hora que raye el alba.