sábado, junio 01, 2013

Hace un rato

By Octavio Mirabal Lora

En realidad el romance está de soborno esta noche, sólo la lluvia de hace un rato podría borrar lo que mi corazón desesperadamente no comprende, que ya he sido martirizado y agotado en mis latidos superficiales por la triste sombra que se fue y que a la vez permaneció.

Descuida que la lluvia no será para siempre, aparecerá nuevo sendero libre de humedad, dulce espacio entre lo seco y tu piel.

Ansiando tu compañía, deseando percibir de cerca el aliento refrescante que me hace perder el sentido y me inunda de éxtasis apasionado.

No tan sólo esta noche, sino otras más donde no exclusivamente sean los pies los que toquen fondo y muerdan el polvo, sino también el corazón que muchas veces lo necesita. Nos sobran los motivos, nos faltan las palabras. De más está recalcar semejante belleza que enriquece el alma e inunda los ojos.

Sólo esto lo percibo cuando te tengo cerca, cuando te pienso, a cada instante que me reboso en tu recuerdo, en tu presencia, en tus besos y caricias, en el dulce sentir que provocas al simple hecho de tocarme o estar a mi lado.

Es así como nuestros cuerpos anhelan la dulce brisa de una mañana tibia y en el descanso infinito se desplazan los sueños para acariciar nuestros sentidos. 

¿Qué sería de la vida sin esos instantes? Creo que te extraño, ¿Será la lluvia, sera la melancolía que me ha hecho su presa o es el inmenso deseo de tenerte? Tú que eres un ser especial y que me haces vivir este sueño de cual no quiero nunca despertar.

Al parecer me pierdo sin antes encontrar la razón verdadera de mi incongruencia, no sin antes desvestir mi alma y despellejar este corazón y hacerte sentir una vez más lo intenso de un TE QUIERO.