lunes, abril 20, 2009

Invierno terminal

By Octavio de Js. Mirabal Lora

Tengo un amor esperanzado, fuerte como el hierro, verdadero, sencillo, atiborrado, mi desvelo:

Mi amor...

Noche de sueños, muy desnudos, abrazados, entrelazados el uno al otro, enmarañados sin miedo, no hay frío en los huesos, el silencio se hace eterno, testigo fiel, escondido, deseo sin freno, tierno y feroz, apasionado, leal, justo, mágico, suave, muy suave, romance, dulce tus labios...

Reina mía...

Aquí están mis labios, tómalos, siente mis besos en tu suave piel, besando tus senos, amándote, recorriéndote entera, llegando hasta tu abismo y bebiendo de tu esencia, devorándote toda, sin perder una sola gota.

En tu misterio escondido... percibe esta noche el amor real, puro y sincero, cierto, intenso, desenfrenado, emocionado, ilusionado, bello...

Mi pequeña…

Mi amada, mi paz, si amarte es lo que quiero, ahora y siempre, pensarte, besarte, tocarte, sentirte, deslizarme sobre ti, quererte, respetarte, desmoronarme en tu corazón y de él nunca salir.

Anhelando... cantares puros, sentimientos sinceros, de paz, tiernos, divinos, sublimes, placenteros, atrevidos, profundos, sin retroceso. Y ser capaz de entrar en tu ser y morir en él, esa es la danza divina que quisiera bailar junto a tu ser.

Amores eternos

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